Se plantea la obra del jesuita Antonio Bastidas dentro del primer gongorismo ecuatoriano del siglo xvii. Se analiza su presencia en el Ramillete de varias flores poéticas…, publicado en Madrid por Jacinto de Evia en 1676, que contiene obras de ambos, junto a algunas de Hernando Domínguez Camargo. Se analiza la producción de Bastidas, de menor valor que la de los otros, dentro del impulso que los ejercicios de retórica y gramática determinaban en la Compañía de Jesús, en los que Góngora era ejemplo obligatorio, junto a los clásicos. Se vuelve a analizar el papel de Bastidas como gestor económico de la edición en Madrid de la obra mencionada, con una parte final que contiene la Invectiva apologética de Hernando Domínguez Camargo. También y antes, en 1660, había sufragado la edición del San Ignacio de Loyola de este, sin duda obra mayor en la tradición literaria ecuatoriana y americana, en la que, tras un nombre apócrifo, elogia, en sus prólogos y dedicatorias (también en los de la Invectiva), a Góngora —frente a la polémica muy extendida sobre su obra— y celebra al autor y al mecenas que podemos deducir, el Provincial de los agustinos, Basilio Ribera, con lo que se abre una reflexión sobre el mecenazgo literario y pictórico en Quito que nos permite un recorrido por aquella sociedad ejemplo del barroco hispanoamericano.