La constatada influencia de la poesía de Luis de Góngora y Argote en la literatura hispanoamericana encuentra una dimensión de todo el interés en la poesía centroamericana de nuestros días, singularmente en el poemario de Cuervo imposible, publicado en 2019 por el prolífico salvadoreño André Cruchaga. Se trata de una influencia creativa cuya impronta innovadora constituye una de las características medulares de la poética hispanoamericana y, concretamente, de este poeta, cuyo tratamiento de los temas y de los recursos formales lo separan de las tendencias del simbolismo acartonado y del coloquialismo que caracterizan la poesía centroamericana actual. Esta impronta encuentra su fulcro tanto en la pretensión de la autonomía de la obra artística y, por tanto, del lenguaje literario, capaz de generar sus propios referentes, como en una particular asunción de la estética de lo sublime provenientes de la producción gongorina, tal y como se trata de mostrar/demostrar en este artículo; de nuevo, la sombra del poeta cordobés universal se torna alargada, fértil y adalid de la renovación poética en todos los órdenes.